
Las mujeres son palabras de una lengua antigua
y olvidada.
Las palabras, son mujeres disolutas.
Cristina Peri Rossi
Una muestra o un decir indecible en silenciosa contemplación. Una invitación a la lectura -íntima y personal- de las posibles traducciones de esa lengua antigua y olvidada.
Una traducción que se desprende de la propia indagación, monólogo interno que se exterioriza en diálogo.
Un diálogo entre dos artistas que mutan; serán dos señoras que toman el té o dos niñas que juegan en una plaza o dos mujeres que se preguntan y tratan de descifrar en sí mismas qué dice esa lengua antigua sobre las demás mujeres, las que nos preceden, las que son y las que serán.
Será Alejandra Pizarnik quién les guiñe un ojo, les sonría a las Damas de Rojo que conciertan en acordes visuales lo que no se puede decir.
A Alejandra, cariñosamente, artista inigualable de las palabras, esas mujeres disolutas.